¿Quién no babea delante de un plato de fantásticas patatas bravas? A ver sí, seguro que conoces a alguien que no le gustan las patatas fritas (sin ir más lejos a mi primo) pero tiene que haber de todo. Si existe gente a la que no le gusta el chocolate (a mi primo también…) qué podemos esperar. Sin comentarios. Volviendo a las patatas bravas, creo que es una de las mejores tapas del mundo. Pero claro, tú cuerpo tampoco te permite meterte entre pecho y espalda esta fritura todos los días. Pero si te digo que puedes hacer unas patatas bravas al horno y que sepan casi tan bien, ¿cómo te quedas? Picante, ahumado, con sabor a hierbas… Maravilla.
En realidad, esta receta de patatas bravas al horno es una versión de las tradicionales porque la bravura está en la salsa, pero aquí no. Ni siquiera llevan salsa. Por supuesto, se la puedes incorporar sin ningún problema pero se trataba de hacer algo rico, fácil y un poco más healthy. Para que las puedas comer cuando quieras. Se pueden servir como tapa o como acompañamiento de un pescado, una carne, unos huevos fritos… Tú eliges.
Te advierto que se convertirán en un imprescindible en tu cocina, lo único que necesitas es un poco de tiempo porque no se hacen en 15 minutos. La preparación es express pero el horno tiene que hacer su magia y la temperatura no puede ser muy elevada porque sino se te queman por fuera y se quedan crudas y duras por dentro. Pero merece mucho la pena y, además, mientras se cocinan te puedes echar una o varias cervezas. ¿Te animas a preparar estas patatas bravas al horno?