Hoy te traigo el aperitivo definitivo: champiñones rellenos de jamón. Y es que, ¿a quién no le gustan las setas en alguna de sus múltiples variantes? Boletus, níscalos, colmenillas, trompetas de la muerte (esta última tiene un nombre de lo más épico). Yo reconozco que tengo una especial debilidad por los champiñones. Quizás estás pensando que es justo la modalidad más vulgar, la más simple, pero es un básico que nunca falla y que siempre deberíamos de tener en nuestra nevera fresco o en formato lata en la despensa.
La única pega que les encuentro, es que en casi todas las recetas el champiñón es el actor secundario encargado de mejorar el sabor de los platos pero mezclado con salsas, bechamel… o siendo eclipsado por otro ingrediente más potente. Hay mil ejemplos, lasaña, revuelto de gulas, acompañando a una buena pasta con trufa, en una pizza… Por eso me gusta tanto este entrante, porque son el auténtico protagonista.
En este caso he hecho los champiñones rellenos de jamón serrano y bechamel pero puedes probar con diferentes mezclas o, incluso, sin el relleno. Solo acompañados de un trozo de pan gigante y una cerveza, o dos. Te prometo que te van a encantar.