Este emparedado de jamón y queso, o mega sándwich mixto, se convertirá en uno de tus picoteos favoritos del mundo. Así lo digo. Porque, ¿a quién no le gusta un buen mixto? Es que vale para todo. Desayunar, merendar, comer acompañado con unas patatas o un huevo frito con puntilla. Tan pronto te salva una nevera vacía como te revive en un día de resaca. Porque sí, son de esas cosas que siempre caen bien en el estómago. Jugoso, crujiente, con su queso extra fundido… Mira, que no tengo palabras.
Y en esta temporada del año, mejor todavía. Vas a la playa todos los días (bueno nosotros no, que estamos en Asturias y solo se puede ir a coger frío) y llega el momento más esperado por tod@s. El mejor. Ese en el que te abres una cerveza fresquita y sacas un buen bocadillo. Pues imagina que es este pedazo de emparedado de jamón y queso. Que además con el calorcito el queso seguirá blandito. Serás la envidia de tus amig@s. El sandwich mixto clásico se verá poca cosa al lado del tuyo.
Ojo. Que, aunque este emparedado sea el inmejorable compañero playero también triunfa en una comida/cena improvisada. Junto con la tortilla, a la que sabes que es complicado quitarle el protagonismo, es lo primero que desaparece. Yo creo que no hace falta que te lo siga vendiendo porque sé que estás buscando los ingredientes para probar el sandwich definitivo. ¡Espero que lo disfrutes!