¡Hoy en El Cabrales Aparte: magdalenas! Magdalenas sí, de las de toda la vida. Reconozco que me gusta la moda, aunque ya un poco antigua pero moderna (vease Novedades Carminha para la referencia), de los cupcakes que se instauró hace unos años en nuestras vidas. Soy muy coloridos, de mil sabores, rellenos… Pero no son magdalenas.
De esas que tienen su azúcar por encima como durito y crujiente. Que cuando les quitas el papel, si están bien hechas, aparece el “culo” más tostado y buenísimo. Esa es, sin duda, mi parte favorita de este dulce. Desde que soy pequeña y comía magdalenas cuadradas de Martínez en casa de la mejor amiga de mi madre (o mi madre postiza que me gusta llamarla) de dos en dos.
Por eso me gusta tanto esta receta. Es cierto que yo no soy muy de cocinar dulces y postres (creo que es evidente) pero es que en este caso merece mucho la pena. Hay mil formas de hacer magdalenas: con copete, sin copete, más o menos brillantes por fuera, con mantequilla o sin ella… Yo te presento la receta clásica – básica: con un pequeño copete, sin mantequilla, sin ningún sabor añadido y súper esponjosas.